Salvador
Felipe se baja todos los jueves en el último metro que pasa por Salvador, paradójicamente a sus veintitrés años lo que realmente busca es un poco de perdición. Cruza el Mapocho y come algo en el servicentro de la esquina para hacer hora. Como es habitual no le cobran entrada, la música suena a estrellas noventeras... Algunas divas bailan también entre el público masculino y la animadora de manos grandes se mueve al ritmo de las luces. Felipe se siente muy observado y lo disfruta, la noche es larga, es joven y muy guapo. ¿Bailamos?
Felipe se baja todos los jueves en el último metro que pasa por Salvador, paradójicamente a sus veintitrés años lo que realmente busca es un poco de perdición. Cruza el Mapocho y come algo en el servicentro de la esquina para hacer hora. Como es habitual no le cobran entrada, la música suena a estrellas noventeras... Algunas divas bailan también entre el público masculino y la animadora de manos grandes se mueve al ritmo de las luces. Felipe se siente muy observado y lo disfruta, la noche es larga, es joven y muy guapo. ¿Bailamos?

4 comments:
HOLA, IGUAL ES SIMPÁTICO LO QUE PUBLICASTE, UNA HSTORIA ENTRETENIDA.
SALUDOS DE EDUARDO CAVIERES.
si entretenida, kede con gusto a poco... me imagino como seguiria la noche para el.
saludos
HOLA, ESPERO QUE ACTUALICES TU BLOG CON PRONTITUD.
SALUDOS DE EDUARDO CAVIERES.
Buena la historia!
Ojala que sigas...
Saludos!
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